miércoles, 8 de diciembre de 2010

MONOGRAFIAS SOBRE CORPOREIDAD



EL cuerpo atrapado
La Escafandra y la Mariposa
Martinez Daniela, Rodriguez Iseli Tania, Estefania Metz

El cuerpo:
Según Susana Kesselman el cuerpo es el lugar donde se expresa la conducta, y aún más, es el lugar donde todas las conductas son posibles.
Concebimos al cuerpo como una unidad, donde no se puede mantener la antinomia mente-cuerpo, sino más bien éste es una unidad interactuante que se desarrolla en cada faceta de la vida como un complejo integrado, no fragmentado. Lo físico actúa y modifica lo mental y viceversa.
Esto implica concebir al cuerpo como una totalidad: “el cuerpo es siempre la expresión de un yo y de una personalidad que está dentro del mundo, por eso el cuerpo dice de nosotros, de nuestra identidad”.
El vivirse corporalmente esta relacionado con una multiplicidad de sensaciones integradas en una representación simbólica de nuestro esquema corporal. Las sensaciones que provienen de los sentidos más ortodoxos y las que provienen de otros cuerpos, van construyendo esta representación.
Paul Schilder utiliza el concepto de imagen corporal para referirse a la percepción que tenemos de nuestro cuerpo. “Por imagen del cuerpo humano entendemos aquella representación que nos formamos de nuestro propio cuerpo, es decir, la forma en que éste se nos aparece”.
La imagen del cuerpo es construida, no fija y se está integrando continuamente. Siempre existen ordenamientos y reordenamientos de las experiencias concretas de conformidad con las necesidades de la personalidad total.
La imagen corporal se construye también con las acciones de los demás hacia nuestro cuerpo, con las experiencias que tenemos a través de los actos y actitudes de los demás. Esto es lo que denomina Schilder como El cuerpo social, un vehículo de ser- en el mundo.
Jean-Dominique Bauby y su corporeidad ">Cuerpo Presente- Ausente
En las situaciones de la vida cotidiana, el cuerpo se nos vuelve invisible, “ritualmente borrado” porque experimentamos repetidamente las mismas situaciones de manera rutinaria, por lo que las percepciones de todos los días se vuelven tan familiares. Ejemplos de rituales de borramiento del cuerpo podrían ser: evitar un eructo, disminuir los olores corporales, no tocar un desconocido, evitar hacer ruidos molestos. Los rituales de la vida diaria tienden a escamotear, ocultar, ausentar la presencia del cuerpo.
En la cotidianidad no estamos concientes ni pendientes de nuestro cuerpo, pero hay situaciones de la vida, como cuando sufrimos un dolor fuerte, cansancio, enfermedad, en que se rompe esta sensación de cuerpo borrado o cuerpo ausente, y pasa a hacerse presente mediante un sentimiento de dualidad que fragmenta la unidad de la presencia: el sujeto se siente cautivo dentro de un cuerpo que lo abandona. Sería algo como concebir a mi cuerpo y a mi Yo por separado (en dualidad), como si mi presencia estuviera dividida. “Este sentimiento de dualidad rompe con las condiciones habituales en que el cuerpo es transparente al sujeto que lo habita”.
Como consecuencia de tener un ACV isquémico Jean-Dominique sufre una parálisis de casi todo su cuerpo a excepción de su ojo izquierdo. Él llevaba una vida muy activa y acelerada donde el “borramiento ritualizado” del cuerpo predominaba. “La sociedad occidental esta basada en un borramiento del cuerpo, en una simbolización particular de sus usos que se traduce por el distanciamiento”. De esta manera Jean-Dominique vivía esta ambigüedad del cuerpo presente-ausente, presente en tanto es un soporte material inevitable del “ser en el mundo”, operador de todas las prácticas sociales e intercambio entre sujetos y ausente por una negación ritual de las manifestaciones corporales.
Luego de padecer la parálisis pudimos ver como este cuerpo se hizo mas presente en todas las esferas de su vida cotidiana. El cuerpo se hizo presente para la conciencia del sujeto porque dejo de cumplir con sus funciones habituales y porque desapareció la rutina de la vida diaria a la que estaba acostumbrado. En este sentido, a pesar de no recibir sensaciones de su cuerpo, este se le presentaba de manera problemática o de preocupación ya que estaba constantemente pendiente de “ese cuerpo”, mirando sus miembros, pensando en lo que había hecho y ahora no puede hacer, y siendo conciente de que no siente. Acompañaba esta situación la presencia de la kinesióloga y la logoterapeuta que constantemente ponían atención en ese “cuerpo físico”, tratando de estimularlo para recuperar sus funciones.
Mas tarde, la logoterapeuta desarrolla un sistema alternativo de comunicación el cual le permitió al protagonista comunicarse con el exterior e ir escribiendo las primeras líneas de un libro que relata su experiencia a partir de lo que le sucedió. Esto produjo que Jean-Dominique se desconectara de su situación angustiante y desarrollara una actividad significativa, la cual fomento su imaginación.
El cuerpo y la sociedad:
En la actualidad el cuerpo debe pasar desapercibido en el intercambio entre los sujetos, aunque la situación implique, sin embargo, que se lo ponga en evidencia. Cada uno debe poder encontrarse con los demás como en un espejo, como las actitudes corporales propias y una imagen que no lo sorprenda. Pero, cuando las referencias de la identificación somática con el otro cesan, se instala el malestar, cuando las asperezas del cuerpo impiden que el mecanismo social del borramiento social se instaure, se instala la molestia. El cuerpo extraño se trasforma en cuerpo extranjero. La imposibilidad de identificarse con el (a causa de la enfermedad, la “fealdad” de origen cultural, o religioso diferente) es la fuente de todos los prejuicios de una persona. La diferencia se convierte en un estigma más o menos afirmado.
El cuerpo de Jean-Dominique se presenta como estigmatizado ya que su situación de postramiento en la cama y su rostro deformado por la parálisis lo presenta ante los demás como poseedor de un atributo que lo vuelve diferente de los otros. Un estigma hace referencia a un atributo profundamente desacreditador. La persona con discapacidad no es considerado en tanto sujeto, es decir en tanto alguien que encierra algo más, “ese algo y ese casi nada” que le da sentido y contorno a su existencia, sino como poseedor de algo menos.
Cuando la familia del protagonista fue a visitarlo por primera vez después del ataque, sus hijos lo observaban como alguien extraño, así también cuando su novia se enteró de lo que había sucedido, en la condición que estaba y el aspecto que presentaba decidió no ir a verlo, distanciarse. Además, cierto personal del hospital donde residía lo miraban despectivamente y con curiosidad. Podemos decir entonces que la persona con discapacidad recuerda la precariedad de la existencia y despierta la angustia del cuerpo desmantelado, la insoportable fragilidad de la condición humana. Lo que la modernidad se niega, obtusamente, a concebir. El cuerpo no esta más borrado por el ritual sino pesadamente presente.
Abordaje desde Terapia Ocupacional
Creemos que es de suma importancia tener en cuenta desde nuestra profesión al cuerpo como comunicador de emociones y sensaciones, que se entreteje en una red de vínculos y relaciones a nivel social.
En lo que respecta al caso de Jean- Dominique desde Terapia Ocupacional podemos trabajar sobre la comunicación, imagen corporal, rehabilitación motora- sensitiva y organización de la rutina diaria del sujeto, incluyendo a su familia durante todo el proceso, teniendo en cuenta como la persona siente su propio cuerpo y las expectativas que posee sobre su futuro.
Conclusión
En la sociedad actual debido a las exigencias diarias y de la rutina, el cuerpo es el del claroscuro, el de la presencia-ausencia. En lo cotidiano aparecen los rituales de borramiento del cuerpo, que solo se hace presente cuando aparece una afección, enfermedad o preocupación.
Nos pareció importante seleccionar este film ya que el caso de Jean- Dominique nos brindo la posibilidad de interpretar desde la perspectiva del cuerpo como comunicador y vehiculo de emociones. Sin dejar de tener en cuenta como se siente la persona en esta situación.
Bibliografía:
*Le Breton David “Antropología del cuerpo”: cap.2, 5, 6 y 7.
*Goffman Irving “Estigma, la identidad deteriorada”. Amorroutu Editores.
*Juana Molinas de Rondina “Lo corporal: El cuerpo como comunicador, vehículo de las Emociones”.
*Grasso Alicia “Construyendo el concepto de corporeidad”. Editorial Novedades Educativas 2000.

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