miércoles, 21 de octubre de 2009

VIVIR CON SIGNIFICADO

"Ay de aquel que ya no veía una meta en su vida delante suyo, cuya vida ya no tenía contenido, no descubría un fin en ella, se le esfumaba el sentido de su existencia... Tales personas que de esta manera ya no tenían a qué aferrarse, se dejaron caer enseguida. La contestación típica con la que enfrentaron a todos los argumentos para darles ánimo, era siempre: ‘Yo ya no tengo nada que esperar de la vida’." (Viktor Frankl, "El hombre en busca de sentido").

.V. Frankl- creador de la Logoterapia- plantea que el hombre es un incansable buscador de sentido. Muchas veces esta búsqueda de sentido puede surgir de la curiosidad ante lo incomprensible, de la limitación o insatisfacción de la vida en sí misma Para Frankl el término ‘logos’ se define como ‘sentido’ y ‘espíritu’ se refiere a la voluntad de descubrir y satisfacer la necesidad profundamente humana de vivir una vida con sentido El modo más sano de iniciar la búsqueda de sentido consista en palpar el valor de la vida, y maravillarse del hecho de existir
La Logoterapia, señala que ser persona, es una condición biopsicoespiritual, y significa sobre todo la facultad de ir más allá de todos los condicionamientos porque lo esencial y más valioso de la existencia humana se encuentra en su propia autotrascendencia. La autotrascendencia es la capacidad de salir de uno mismo para volcarse a una tarea concreta que realizar, a una persona a quien amar o incluso para entregarse a un sufrimiento inevitable
Cuando esta sensación de falta de sentido toma por completo la vida de una persona podríamos estar frente a la depresión noógena(espiritual) La misión del logoterapeuta es ensanchar el campo de visión..., ‘levantar la lámpara’ para que el paciente pueda ver y ampliar su horizonte de sentido.."Hay un sentido que late en nuestro futuro esperando por nuestra realización pues nosotros viviremos una sola vez y nadie puede sustituirnos en esta tarea”
Desde las distintas corrientes de Psicoterapia Cognitiva se sostiene que el aspecto más característico de la experiencia humana es la búsqueda y construcción de significado. El significado de los acontecimientos siempre es una construcción individual, consistente en un “paquete” que incluye distintas dimensiones: emotiva, cognitiva, evaluativa, y siempre termina remitiendo a una percepción específica del mundo, de si mismo frente al mundo, y de lo esperable, en términos de anticipación, de futuro
El significado personal está conectado con un modo de significar, propio de la organización unitaria que el sujeto ha ido construyendo durante el curso de su desarrollo maduracional. Esta organización de significado personal es un proceso ( no una entidad), es la forma, la modalidad o la manera de procesar la experiencia conocimiento, una especie de clave interpretativa para comprender la realidad, de carácter esencialmente dinámico, instrumentos explicativo hipotético también para el Terapeuta.
La corriente Cognitiva Postracionalista (Guidano) explora diversas organizaciones de Significado y el modo en que se han construido- y pueden ser reconstruídas en situaciones vinculares. En la Organización de Significado de corte Depresivo (OSD) la persona no se siente atendida, no tiene soporte emotivo, lo que aparece ligado a circunstancias históricas de ausencia o pérdida La OSD presenta la tendencia a responder a cualquier evento de la vida en la forma de desamparo y desesperanza, ya que organizan la trama de estos eventos en términos de pérdida, desilusiones o fracasos. El significado personal aquí está centrado en el sentido de soledad, y está organizado en un circuito recurrente de esquemas emocionales que oscilan entre el desamparo y la rabia; y luego, el ordenamiento explícito o consciente, en términos de una imagen negativa de sí mismo y de una atribución de causalidad interna, global y estable. Tiñe de un color oscuro toda la vida e interfiere severamente en las relaciones afectivas, laborales o sociales. Los pensamientos negativos en la OSD son generalmente acerca de una o más de tres áreas: visión negativa de uno mismo, del mundo y del futuro. Esto se conoce como la tríada cognitiva (Beck)
Cuando adquiere el carácter de Trastorno del estado de ánimo, invade globalmente la forma como se interpretan los distintos eventos que ocurren en la vida cotidiana. Por ejemplo, si en un restaurante el mozo se demora en atenderlo, la persona piensa que lo considera de menos categoría que los demás clientes, y piensa que no la quieren en su trabajo si alguien ignora celebran algún logro o cambio. Lo que caracteriza este esquema de pensamiento es que la persona está convencida de que su “desgracia” es permanente, engloba su vida entera y no tiene forma de controlarla. Piensa que tiene la culpa porque algo anda mal en su interior, porque tiene una falla interna. Y, por el contrario, cuando obtiene un logro personal, como una buena calificación o éxito en un negocio, lo atribuye a la buena suerte u otro factor externo, jamás a su habilidad ni a su inteligencia. Vive acumulando supuestos o reales fracasos, en una especie de profecía autocumplida, aterrada frente a posibles catástrofes
Esta manera de procesamiento emocional cotidiana va a gatillando sentimientos y emociones como tristeza, rabia, miedo, frustración, desesperanza. Se siente desvalorizado, con su autoimagen por el suelo y encima culpable de lo que le pasa e incapaz de encontrar soluciones o producir un cambio en su vida. Lo peor es que todo esto es acumulativo hasta terminar en crisis.
¿ A que se debe esta forma permanentemente negativa de procesar los eventos? Es un estilo que comienza a construirse en la infancia, se consolida en la adolescencia y se refuerza en la vida adulta Habitualmente estas personas han tenido padres que no se preocuparon demasiado de ellas, lo que las ha llevó a construir esta actitud como de rechazo, como que ellas no merecían ser queridas ni apreciadas. O bien, fueron demasiados absorbentes y nunca le permitieron tomar decisiones, hasta transformarlo en un ser inseguro, incapaz de confiar en sí mismo, necesitado del apoyo de alguien para funcionar sin deprimirse, para iniciar ocupaciones, para alcanzar metas. Seligman propone su Modelo del Desamparo Aprendido para explicar esa sensación de carecer de control frente a las dificultades, darse por vencido por la creencia global de impotencia, de ineficacia
Estas personas tienden a contemplarse a sí mismos y sus relaciones desde una óptica negativa, a recluirse, experimentan falta de motivación, ante cualquier propuesta se preguntan ¿para qué? Su modo de procesar les hace recortar la parte negativa de los sucesos, son muy sensibles a la crítica o desatención, su frustración les impide recibir ayuda o rescatar lo positivo
Suelen registrar oscilaciones en el humor( tristes- eufóricos) en la comunicación ( parcos- verborrágicos) en la actividad (pasivos- activos), asociadas a oscilaciones en la autoestima, cuya construcción es insuficiente y dependiente de hechos u opiniones ajenas.
Estos modo de interpretar la realidad y de vivenciar emocionalmente tiene impacto sobre el funcionamiento ocupacional. Si predomina la sensación de que todo control es externo,“ nada depende de mí”, no logra tomar decisiones ni planificar o resolver. Si tiene una visión desesperanzada del futuro le abruma el miedo al fracaso, se pierde sentido, no se discriminan intereses, nada produce placer. Los hábitos se desorganizan, las rutinas se lentifican, se pierden roles, habilidades para relacionarse y comunicarse con los demás

¿En qué consiste el trabajo de terapia? Canalizar esas emociones dolorosas, muchas veces en forma automática, y que le dan la sensación de que está literalmente predestinado a fallar en todo. Se procura facilitar el proceso de autoobservación y reflexión, generar ocupaciones y tareas concretas que promuevan la revisión de las construcciones Se procura explorar y ampliar la forma que tienen de interpretar y de construir los eventos de su vida. La meta es ir descubriendo juntos, los acontecimientos concretos que provocan construcciones estereotipadas. El terapeuta ayuda a abrir puertas a un futuro en el que la historia dominante (depresiva) se diluya ante la llegada de pequeñas e insignificantes historias o acontecimientos que generen relatos encaminados a un futuro libre, sin rechazar la historia del individuo, ni del sistema en el que desarrolla su existencia (individual, familiar, social y cultural). Esto significa prestar más atención a los recursos que a los déficits, lo que supondrá, inicialmente cierto distanciamiento (que no olvido) de los diagnósticos médicos y psicológicos tradicionales, funcionar como "consultores" de personas competentes, más que como terapeutas, para crear un discurso y un efecto de esperanza y eficiencia. El modelo cognitivo-conductual parte de las características de la organización de la personalidad, de los modos y formas del pensamiento y de modelos experimentales como la indefensión aprendida. En el modelo relacional toman sentido diversas pautas interaccionales y comunicacionales como "el interés cuidador" del cónyuge sano, las relaciones conyugales incongruentes (víctima / victimario), describiendo el sistema familiar como caracterizado por escasos intercambios interactivos con el exterior, y dentro del propio sistema, las escasas interacciones, consistentes fundamentalmente en actitudes punitivas o de reproche.
Todas estas explicaciones de la depresión son precisamente eso, aproximaciones y construcciones teóricas e hipotéticas de lo que observamos. “El riesgo de estas visiones es la posibilidad de que se conviertan en "realidades observables", rígidas y que anticipen las cualidades y cantidades medibles de aquello que tenemos ante nuestros ojos, confirmando nuestras visiones apriorísticas y dirigiendo nuestra actuación hacia intervenciones que enajenen a los pacientes de sus propias historias, así como de sus posibilidades de creación en el encuentro terapéutico de historias alternativas. Todo esto nos lleva a considerar la importancia de la relación terapéutica y de la coparticipación de paciente/familia y terapeuta en el encuentro terapéutico. Así co-construimos y co-diluimos múltiples tipos de depresiones diferentes, tantos como diferentes encuentros terapéuticos realizamos... “( Haze Duaso, 2001)

Ansiedad



La ansiedad alude a ese estado de perturbación en el cual nos descubrimos esperando un hecho, a veces incierto, con aprensión o miedo.
Normalmente es un poderoso aliado del Yo, ya que constituye la señal de alarma que dispara las conductas defensivas, para adaptarse y gestionar los conflictos vitales.Puede ser aguda, repentina como cuando oímos una frenada cerca, o crónica, como la preocupación por conservar un empleo exigente. Puede ser focalizada, referida a un objeto o situaciones específicas o generalizada e invadir la vida del sujeto.
Es la forma en que, basados en nuestras experiencias pasadas, aprendimos a reconocer situaciones de indefección
Desde un punto de vista adaptativo ha servido al hombre en toda su evolución movilizando sus recursos para las dos salidas posibles de la supervivencia: lucha o fuga. Pero estos recursos no parecen estar sincronizados con las condiciones de vida presentes, donde la angustia llega a destiempo, prematura o tardíamente, y donde existen otras posibilidades además de esas dos.

Las situaciones de indefección no están siempre determinadas objetivamente, aún circunstancias extremas como una catástrofe, pérdidas, mutilaciones, afectan de distinta manera a las personas. Su relevancia depende del significado que acordamos a las experiencias desde nuestro guión personal y familiar, por ej. para algunas personas puede ser más angustioso afrontar un examen que una cirugía
Las circunstancias que precipitan esa perturbación suelen vincularse a:
- una sensación de amenaza concreta o presentida, un peligro inminente
-la idea de no saber “donde está parado”, incertidumbre con respecto a lo que se espera de uno, no saber qué conducta elegir entre opciones incompatibles
-la impresión de “estar atrapados”, impotentes, sin salida
En general, son situaciones en donde nos vemos en peligro de perder la libertad, la seguridad de nuestra identidad y en desamparo. Cuando creemos que vivimos en un mundo hostil, nuestro umbral de peligro baja y encontramos cientos de amenazas y enemigos. Cuando nos sentimos queridos y evaluamos nuestros logros como satisfactorios nuestro umbral sube y es menos probable que percibamos injurias o amenazas o que de percibirlos no parecen tan importantes
Nuestro sentimiento de Identidad se sostiene en un conjunto de creencias y valores que nos permiten interpretar las experiencias otorgándoles significado. Se ha ido construyendo a lo largo de nuestra vida, en relación a los intercambios, expectativas y mandatos del guión familiar y de los paradigmas culturales.
En la juventud debiéramos redefinir ese guión en términos personales y pasar de la dependencia de patrones externos idealizados a la aprobación realista de nuestra propia conciencia. Si no es así necesitamos continuamente que el mundo, los otros significativos definan quiénes somos y así poder seguir existiendo, sentirnos aprobados, legitimados.
En ciertas familias y en general en el seno de una cultura exitista son tan extremos o idealizados los modelos de “cómo hay que ser” que se tornan inalcanzables sumergiendo a las personas en constante ansiedad o en la desesperanza.
Estilos cognitivos perjudiciales son los basados en las expresiones:
-tengo que... necesidad imperiosa de cumplir que lleva a la pérdida de libertad
-blanco o negro... soy perfecto o no sirvo, me aman o me odian, gano o pierdo
-Y si... anticipación negativa del futuro ¿y si mientras no estoy el nene se accidenta? Y si se me da por echarme a llorar o me bloqueo? ¿ Y si el avión se cae?

Además de las exigencias exististas se asiste en nuestra sociedad al creciente desmoronamiento de los modelos tradicionales de vida, a una violencia inusitada, a la escasa predictibilidad de un mundo en constante cambio. El stress ha pasado ha ser un estilo de vida de la cultura.
La ansiedad abarca sensaciones, emociones e ideas que van desde la incomodidad, la agitación, el miedo larvado hasta el terror y pánico manifiesto. Implican desde un estado de desorden intelectual hasta una fractura temporaria en la conducta que impide pensar con claridad, encontrar respuestas adecuadas.
Se expresa en las distintas dimensiones de la vida psíquica:
Angustia fisiológica: sobresalto, escalofrío, hormigueo, falta de aire, mareo, dolor en el pecho, taquicardia, sudoración, piernas flojas, malestar estomacal, diarrea
Ansiedad psicológica: inquietud, desasosiego, sensación de fatalidad, temor, necesidad de dependencia infantil, incomprensión ¿ qué me está pasando?
Miedo en el mundo exterior: fobias específicas a ciertos objetos o situaciones, como a los perros o a hablar en publico, o a toda situación que implique encierro y muchedumbre ( viajar en colectivo, ascensor, iglesia) a sentirse incapaz (pedir trabajo, examen) sentirse solo y desamparado(dormir solo, esperar)
La ansiedad se puede convertir en un estado de stress crónico donde se registra un estado de anticipación angustiada, de que el miedo o desamparo experimentados en el pasado volverán a repetirse, y eventualmente se perderá el control, se producirá un daño, una humillación o abandono. Es el miedo al miedo, basado en creencias infantiles y autodesvalorizantes.