Utiliza frases en primera persona. Es decir, en vez
de decir "estás equivocado", di algo como "No estoy de
acuerdo en esto". De este modo, estás expresando tu opinión,
más que rechazando o despreciando la opinión de la otra persona.
Practica el decir no. Tal vez piensas que para negarte
a hacer algo tienes que tener una excusa, de manera que cuando no la tienes,
no eres capaz de negarte. Pero esta es una idea falsa que va a hacerte más
mal que bien. No necesitas ninguna excusa para negarte. Simplemente puedes negarte
a hacer algo porque no deseas hacerlo o no te apetece. Practica cuando surja
la ocasión y simplemente di algo como: "no me apetece", "prefiero
no hacerlo", "eso no va conmigo", etc.
Cuidado con tu lenguaje corporal. Tu cuerpo dice
mucho más que tus palabras. Si tus palabras dicen no pero tu cuerpo muestra
una actitud débil y poco convincente, la otra persona seguirá
insistiendo hasta que cedas. Por tanto, mantén una postura erguida, mira
a los ojos directamente, muestra confianza y serenidad, habla con claridad,
sin gritar pero con un tono de voz algo elevado. Practica ante el espejo unas
cuantas veces hasta que lo hagas con naturalidad.
Cuidado con tus emociones. Si un tema te irrita demasiado
y te entran granas de gritar, llorar o tener cualquier reacción emocional exagerada, cálmate primero antes de hablar, y piensa lo
que vas a decir y cómo puedes decirlo de un modo que sea asertivo.
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