martes, 13 de septiembre de 2011
Epistemología positivista: existe una realidad separada del observador, susceptible de ser conocida de manera objetiva: su eje la búsqueda de la Verdad
-el conocimiento es un "espejo" de la realidad que es externa, única. La perfecta correspondencia entre representación y realidad externa, se garantiza por las leyes de la lógica y renovadas comprobaciones empíricas.
-el lenguaje es representacional, su función dar la representación correcta del mundo
-el terapeuta es un observador objetivo, con un conocimiento experto sobre la naturaleza humana, que utiliza métodos persuasivos
-la relación terapéutica es marcadamente asimétrica: el terapeuta "sabe más" que el cliente: sabe lo que "realmente" le está pasando a éste y sabe como "deben ser" las personas y las relaciones humanas.
-la psicoterapia utiliza un lenguaje de déficit y desarrolla técnicas para rehabilitar, para "componer" personas con problemas
La perspectiva posmoderna
-el conocimiento está construido socialmente, no podemos tener una representación directa del mundo, sólo podemos conocerlo a través de nuestra experiencia. El observador es parte integrante de lo que observa. Todo conocimiento es una actividad autoreferencial, siempre está reflejando las estructuras del organismo que está conociendo, mucho más que la estructura de la realidad externa o la realidad en sí.
-siempre miramos a través de algún tipo de "lente": nuestras teorías, cultura, momento histórico, género, etc. Constructivismo: "vivimos en un mundo simbólico, en una realidad social que mucha gente construye conjuntamente, pero que se vive como si fuera el mundo "real" objetivo"
-el lenguaje no representa a la realidad, sino que la constituye. Es más que un medio para transmitir información, da forma a nuestra conciencia y estructura nuestra realidad. La existencia de una multiplicidad de "voces" o de realidades humanas debilita muchas de nuestras "certezas" y al mismo tiempo abre nuevas posibilidades de ser y entender el mundo
-la realidad es construida socialmente. Se enfatiza la naturaleza reflexiva de la relación terapéutica en la que el cliente y el terapeuta co-construyen significados mediante el diálogo o la conversación.
El terapeuta se mantiene empático y respetuoso ante el decir del cliente y cree en la capacidad de la conversación terapéutica para liberar aquellas voces historias que han sido suprimidas, ignoradas o no tomadas en cuenta previamente. Co-construye los objetivos y negocia la dirección de la terapia, colocando al cliente en el "asiento del conductor", experto en sus propios dilemas. Busca y amplifica las habilidades, fortalezas y recursos y evita ser un detective de la patología o reificar distinciones diagnósticas rígidas. Evita utilizar un vocabulario de déficit y disfunción, reemplazando la jerga de la patología (y la distancia) con el lenguaje cotidiano. Esta orientado hacia el futuro y es optimista respecto al cambio. Es sensible a los métodos y los procesos utilizados en la conversación terapéutica.
Friedman- Arroyo-
".....¿Y qué importan todas estas elucubraciones a la hora de atender a las personas que nos consultan? Pues creo que mucho. Porque las teorías hacen referencia a los constructos del terapeuta, a las hipótesis que formulamos los terapeutas. Y es que no podemos dejar de hacer hipótesis. Es imposible entrar en contacto con una situación y no empezar a realizar alguna construcción acerca de ella.
Por tanto, es importante que tengamos presente que el terapeuta, al igual que el cliente, es un constructor de significados, de hipótesis, de narraciones en definitiva, aunque a veces éstas sean sólo intuitivas, y se sientan más que se piensen.
Sabernos constructores de hipótesis nos lleva a plantearnos qué tipo de teorías amparan estas hipótesis. Yo tengo las siguientes preferencias:
-que las hipótesis que formulamos sean amplias, contextuales y circulares
-que integren significados y acciones de los participantes en la interacción
-que den cuenta tanto de procesos interaccionales como de la identidad personal
-que no se tomen como verdades sino como construcciones, y finalmente
-que no nos asuste, sino más bien al contrario, nos complazca manejar varias hipótesis al mismo tiempo.
Estos me parecen requisitos de la compleja era posmoderna en la que vivimos y que afecta, ineludiblemente, nuestra praxis terapéutica" Guillem Feixas
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