jueves, 12 de noviembre de 2009

lo corporal:el cuerpo como comunicador, vehículo de emociones



Lo corporal

Susana Kesselman: “El pensamiento corporal”, Paidós, Barcelona, 1990

(Síntesis y reelaboración )

En los últimos años el papel del cuerpo se ha transformado, como la Cenicienta....Durante décadas subordinado a la plenificación del alma, se ha convertido en su amo y Señor. Pero nuevamente se comete el error de separar y subordinar.....El cuerpo es el lugar donde se expresa la conducta, y aún más es el lugar donde todas las conductas son posibles. Pero la conducta humana tiene múltiples disfraces y se da simultáneamente en todas las manifestaciones de la que el ser humano es capaz, ( concepto de las áreas de la conducta)

El cuerpo adquiere a través de los sentidos, adquiere un potencial de conocimiento, una posibilidad de aprendizaje...

Las sensaciones son el disparador de la conducta en las tres áreas. Si tenemos la capacidad de ser receptivos, estar presentes, la sensación se integra, no queda aislada, no se refugia estérilmente como síntoma. Por ej este dolor de espalda de la posición incorrecta o de tensión, entendido se acepta, se revierte. Si lo niego se transforma en irritación constante (A1), termina generando una malformación( A2), o se descarga en malhumor sobre otros ( A3) Quizás procuraba frenar con la espalda lo que no pude rescatar para expresar en palabras: “este trabajo no me agrada, ya no puedo más”....

Si el cuerpo solo puede actuar con el síntoma queda a merced de éste, destinado a u comportamiento escindido....Responsabilizarse por la sensación, hacerse cargo de ella, es permitirle una expresión coherente en la conducta. Algo tan obvio como sentir cansancio y permitirse descansar, necesitar más tiempo y poderlo pedir en palabras y no entorpeciéndose no siempre es accesible....

El miedo a hacerse responsable de la sensación, a no saber qué hacer con ella escapa, a veces, a nuestra conciencia...Por otro lado el incremento de la sensibilidad es la apertura al dolor, a la pérdida de control, a sentirse vulnerable.. Pero es el primer paso imprescindible: no podemos deshacernos de una tensión o malestar que no sentimos y reconocemos.

“Siento las piernas pesadas”- comenta una embarazada a su amiga. Y la otra, para no ser menos, contesta: yo, me siento fofa e hinchada, y ni siquiera estoy embarazada.

Estas mujeres, hablan de algo más que sus cuerpos, hablan de su manera de sentirlo, de su modo de vivirlos. Este vivirse corporalmente está relacionado con multiplicidad de sensaciones integradas en una representación simbólica de nuestro Esquema Corporal...

Sensaciones que provienen de los sentidos más ortodoxos( vista, oído, olfato, gusto, tacto) como de otros menos conocidos: (sensaciones térmicas, de tono, dolorosas, viscerales, vinculadas al movimiento, a la presión, al peso.

También sensaciones que provienen de otros cuerpos van construyendo esa representación: la caricia o el rechazo, la mirada, la postura. Así como vivencias de las vicisitudes de la historia corporal: accidentes, dolores, etapas de la libido, zonas con estimulación particular, quedan inscriptas en su Imagen Corporal. Es la representación de la aventura de nuestro cuerpo.

Cuando esta representación entra en crisis, por ej. en el fenómeno del miembro fantasma, en una mastectomía, en la aparición de arrugas y canas, en la postración forzosa, los cambios puberales, encontramos un cuerpo que habiendo sido familiar, se hace desconocido, que habiendo sido manejable, se torna difícil, incomprensible.

Se movilizan entonces, las ansiedades básicas ante toda situación de cambio:

-ansiedad confusional: indiscriminación, no se percibe con claridad, faltan claves

-ansiedad persecutoria: el cuerpo se siente peligroso, se teme lo desconocido

-ansiedad depresiva: tristeza por el cuerpo que fuimos y ya no está.

Pero el lugar de las pérdidas es también el de la posibilidad de nuevos encuentros, de respuestas creativas a las crisis. La historia de nuestras vivencias, el modo de enfrentar nuestras crisis van constituyendo”la novela corporal”. Es un aspecto de la novela personal y de la familiar, que refleja la aventura del cuerpo y su representación. Libro de lectura de los bloqueos, de las disfunciones, de los síntomas, de las posturas, disritmias e indiscriminaciones, de las recriminaciones y consejos, de la indiferencia y de las buenas intenciones. Es la posibilidad de palabra que tiene el cuerpo

Lo corporal es residencia en que se alojan los mitos familiares y las leyendas a cumplir en los destinos de cada sujeto. Desde esta idea, cada cuerpo encubre y descubre una leyenda corporal destinada a difundir los mitos familiares corporales que suelen quedar testimoniados en fotos, comentarios, predicciones.

“ Cuando era bebé era tan lindo...” ¿Explicará esto la dificultad de crecer?

“Tiene el cuerpo del abuelo: será enorme como él” ¿ Elogio o designio terrible?

“Mirá esta foto, parecías una nena, tan limpito, peinadito” ¿Cómo deben ser los varones?

Podemos preguntarnos qué mitos familiares arrastramos, realizando espirales imaginarios en nuestros movimientos. Quizás aparezcan imágenes de tensiones, distorsiones, mandatos, zonas olvidadas, secretos viscerales, modos de caminar, dormir, reir, llorar, capacidad para tocar a otros o dejarnos tocar sin temor, permiso para el placer.....

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Schilder en sus estudios sobre el cuerpo reconoció distintos conceptos que no son idénticos pero si mutuamente interrelacionados:

- Esquema corporal: término neuropsicológico, imagen tridimensional del propio cuerpo, gestald de las proyecciones corticales de la sensorialidad

-Imagen corporal: término que pertenece al registro de lo imaginario, su base es afectiva, depende de la evolución libidinal y agresiva, de sus vicisitudes, experiencias, fijaciones. Su función es estabilizadora, envuelve y delimita aunque está en ajuste permanente. Su plasticidad se evidencia especialmente en los cambios súbitos como los puberales o mutilaciones, en las distorsiones hipocondríacas o en la sensación de extrañeza o fragmentación de estados severos.

- El cuerpo social: desde una perspectiva antropológica fenomenológica el cuerpo es el vehículo de “ser- en el mundo”, centro de los cambios relacionales afectivos entre individuos. Allí el cuerpo propio se muestra, encubre, expresa, oculta, en un continuo intercambio con los otros. En la adolescencia actual es evidente la alta presión social normativa, todo la discusión corporal parece centrarse en diferenciarse del otro (especialmente del adulto y de los exogrupos) y a la vez buscar un parecido reasegurador con los otros (miembros del propio grupo) a través de signos corporales, como vestimenta, peinado, tatuajes, ritmo corporal, posturas.

A lo largo de la vida son frecuentes conductas de expresión somática: el cuerpo en sus distintos sistemas (digestivo, respiratorio, piel, etc.) y a través de las necesidades fisiológicas (alimentación, eliminación, sueño) puede manifestar dificultades, encontrar un medio de relación con los otros ya sean reales o fantasmáticos ((imágenes parentales) o mantener defensas sobre pulsiones sexuales o agresivas que aún no se pueden manejar.

El cuerpo propio también puede ser un objeto transicional, a mitad de camino entre objetos externos e internos y ser investido de amor como en el narcisismo secundario o agresivamente como en las autoagresiones, intentos suicidas, fobias dismórficas.

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